Si bien el CBD no se ha beneficiado de la extensa investigación que se ha realizado sobre otros medicamentos o tratamientos, están surgiendo muchos estudios que pueden dar fe de los resultados positivos del uso del CBD. Y a medida que pase el tiempo, es probable que veamos más y más evidencia científica de los beneficios del uso de CBD.
La epilepsia es una de las áreas en las que se han realizado investigaciones más importantes sobre el uso de CBD. El compuesto ha sido particularmente útil en pacientes que padecen una forma de epilepsia que no responde a ningún otro tratamiento, incluido el síndrome de Dravet.
Un estudio de 2017 evaluó a 15 pacientes con epilepsia refractaria (epilepsia que no responde a tratamiento) que recibieron CBD durante un período de tiempo de un mes a un año. Los resultados mostraron que en el 27% de los participantes las convulsiones desaparecieron por completo y en el 40%, la frecuencia de las convulsiones disminuyó.
Los ensayos clínicos de un fármaco a base de CBD conocido como Epidiolex se llevaron a cabo antes de la aprobación del fármaco. En un estudio doble ciego sobre 120 niños que padecían síndrome de Dravet, las convulsiones no epilépticas se redujeron a la mitad y el 5% de los participantes reportaron estar completamente libres de convulsiones. Además, el 62% de los pacientes tratados con CBD informaron de una mejoría en su estado de salud general.
Muchas formas de ansiedad pueden resultar difíciles de tratar, a veces porque son difíciles de diagnosticar y también porque los medicamentos tradicionales disponibles pueden causar muchos efectos secundarios no deseados e incluso peligrosos. Es por ello que muchas personas han recurrido al CBD en busca de ayuda, pero ¿qué dice la investigación científica al respecto?
En 2018, investigadores brasileños realizaron un estudio entre 57 hombres sobre el uso de CBD para aliviar la ansiedad al hablar en público. Se descubrió que una sola dosis administrada 90 minutos antes de hablar reducía significativamente la ansiedad, medida por la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Un estudio de caso de una clínica de salud mental, publicado en 2019, incluyó a 47 pacientes que habían presentado ansiedad. Los participantes recibieron una dosis diaria de CBD todos los días durante un mes, tras lo cual el 79% experimentó una mejoría en sus niveles de ansiedad. Después de un mes adicional de tratamiento, estos participantes informaron de una mejoría adicional en comparación con el mes anterior.
Si desea obtener más información, lea nuestro artículo sobre aceite de CBD para la ansiedad.
Las personas pueden tener problemas para dormir por muchos motivos diferentes, y esta es la razón por la que el CBD puede ser tan útil. El CBD puede ser de ayuda con el dolor, la ansiedad y la depresión, conduciendo todo ello a mejorar la calidad del sueño.
Un estudio de tres meses publicado en 2019 investigó los efectos del CBD tanto en la ansiedad como en la calidad del sueño. A 103 participantes se les administró una dosis diaria de CBD durante un mes, y los resultados mostraron que el 66,7% de los participantes mostraron una mejoría del sueño.
Una encuesta a gran escala de 1.521 personas realizada por Project CBD vio que con el uso de CBD, el tiempo necesario para conciliar el sueño se redujo de un promedio de 62 minutos a un promedio de 20 minutos. Los participantes también informaron que la cantidad de veces que se despertaron durante la noche también se redujo, de un promedio de 4.3 veces a un promedio de 1.4 veces.
Gran parte de la investigación que se ha llevado a cabo sobre el CBD y el dolor se ha realizado con ratas, pero existen algunos estudios en humanos que muestran cuán beneficioso puede ser. Además, el CBD puede ayudar con la inflamación que en no pocas ocasiones puede ser la causa del dolor.
Una encuesta de 2017 incluyó a 2.897 participantes que compararon el uso de CBD con medicamentos a base de opioides para aliviar el dolor. El 97% de los participantes reportaron que, al tomar CBD, pudieron reducir el uso de opioides para tratar su dolor. El 81% también informó de que tomar CBD sólo fue más efectivo para tratar el dolor que una combinación de opioides y CBD.
Ha sido difícil realizar estudios en animales sobre el uso de CBD para las náuseas, ya que las ratas, la criatura más común utilizada para las pruebas, no pueden vomitar. Se han realizado algunos estudios en humanos, en particular con respecto al uso de CBD para las náuseas inducidas por la quimioterapia. Las personas a menudo encuentran que las náuseas son más angustiantes que los vómitos, ya que es una sensación constante.
Un estudio en humanos a pequeña escala encontró que el CBD en combinación con el THC era eficaz para controlar las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia, mientras que el CBD solo no lo era (Este es un ejemplo del llamado efecto séquito).
La presión arterial alta es un problema extremadamente común, con alrededor de mil millones de personas afectadas en todo el mundo, y puede ser potencialmente fatal si no se trata. Si bien hay varias opciones disponibles que pueden ayudar con dicha afección, incluidos los cambios en el estilo de vida y la medicación, si usa CBD para otros problemas, este podría beneficiar también a la presión arterial.
Un pequeño estudio en nueve hombres en 2017 examinó los efectos del CBD sobre la presión arterial en situaciones estresantes. Se administró una sola dosis y los participantes fueron sometidos a una serie de factores estresantes externos. Los resultados mostraron que el CBD no solo redujo la presión arterial sistólica en reposo, sino que también redujo la respuesta de la presión arterial al estrés.
